lunes, 2 de abril de 2012

No es que no quisiera felicitarlo...

No es que no quisiera felicitarlo, es que no se salían las palabras... ¿Qué palabras?
Las que debí decir, para principio de cuentas GRACIAS, por traerme al mundo (Sé que en su momento no le costo trabajo), por los años de esfuerzo por nosotros, por mí.
¿Cómo se puede agradecer a un padre con palabras?
¡No sé! Ni tengo la mínima idea; Acaso, ¿Serán acciones?. Quizá no sea el mejor hijo del mundo, pero intento corresponderle a sus esfuerzos, se que a veces me descarrilo, pero no pierdo el estribo, no pienso decepcionarlo, años de esfuerzo tirados a la basura, ¡para nada!.
Después felicitarlo, por sus logros, grades, pequeños, largos, medianos, etcétera; logros al fin y al cabo.
Y para finalizar, un regalo... ¡¿¡Un regalo!?!...
Pues espero haya disfrutado un día papá e hijo en su mero mole, la arqueología...
AMO a mi papá.
¡Gracias por todo!

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