sábado, 20 de febrero de 2010

Me enamoré

Me enamore de ella, pues mi mente se metió en su mirada y mí corazón se encarno en ella, de momento no supe como hacerlo reaccionar y ya estaba ahí, enamorado como un idiota.
No supe que hacer, mi corazón exigía seguirlo y mi conciencia todo lo contrario; en las noches no podía conciliar el sueño pues dentro de mi, del corazón, ardía de este amor que no podía contener.
Las pruebas se volvieron inmutables, no dejaba de pensar en ella, no sacaba sus ojos de mi cabeza y su imagen de mi corazón.
Un día seguí mis instintos y perdí algo que tenia desde hace mucho; como un nuevo ser mire el mundo de forma diferente y sonreí, espere la oportunidad y le mande unas palabras de amor, pero sin decir que era yo.
Busque un momento, le pedí que viniera; no llego…
Al otro día fui y me tragué mis nervios y le dije mis sentimientos, no me arrepiento de hacerlo, al contrario, siento su sonrisa cuando recibió la rosa y me quedo con esa imagen.
Aunque no durara demasiado mi triunfo pues ya había quien habitara su corazón, el rubor de sus mejillas y su dulce sonrisa y escuchar algunas vez "TE AMO" por su voz no sería mi privilegio.
El sol caía a punta de plomo el ultimo día que la vi, entre despedidas y llanto alcancé a ver sus ojos y distinguirlos de los demás, volví a caer en su abdicativa mirada y su sonrisa embriagante, sabiendo ella quien era yo, me pidió que nos viéramos en algún lugar, yo accedí, pues era uno de mis mas anhelados deseos, el día acordado ala hora acordada, en el lugar acordado me presente; mi sonrisa se ilumino se ilumino cuando ella se apareció y detrás de ella venia mi alegría, hacia un frío espantoso y la chamarra que se supone era para mi traía envuelta una rosa que le comprara yo después de salir de la escuela, me moría de frío, pero en ese momento no era lo importante, tenia que cuidar la prueba de amor, todo el mundo se había vuelto perfecto durante un segundo…
Entonces se me fue la vida, se me cayó la dignidad y caí del cielo al infierno, puesto que llego el, ¡ÉL! ¿Qué hace aquí?, tire la rosa y ya sin vida volví a mi casa buscando enterrar el dolor que nacía en un rincón del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario